Si nos ponemos a pensar en las explicaciones que usualmente nos brinda la ciencia como un cuerpo de conocimiento, siempre se trata de explicaciones "reduccionistas". Es decir, que la complejidad de un tema, como lo podría ser nuestra percepción de la música, o el amor, son reducibles a una cierta organización de las neuronas y sus reacciones electro/químicas.
Este tipo de "reduccionismo" puede llegar a causar el desprecio de algunas personas hacia el conocimiento que se tiene hacía algunos temas desde el punto de vista científico. O, en el peor de los casos, a causar el desprecio por la ciencia y su conocimiento por completo. Ninguna de las dos ofrece una solución, y a mi parecer ambas son resultado de un razonamiento erróneo.
En primer lugar, se debe tomar en cuenta que la ciencia no es cúmulo de conocimientos sobre un tema sobre la realidad. Sino que se trata de un método para alcanzar este conocimiento. Es mejor referirse al conocimiento científico, si se quiere hablar de este, y no confundirlo con la ciencia, que en realidad es el método.
El método científico, clásicamente entendido como "Observación->Hipótesis->Experimento de falsificación", no es la mera definición de la ciencia como método, sino, es en sí una parte. Método científico quiere decir, metodología objetiva de investigación para un fenómeno o campo de la realidad con el mínimo número de factores de confusión. Es decir una observación que no busque favorecer a nadie, y que solamente brinde un argumento claro de lo que la realidad es.
Si el argumento que se puede obtener de seguir el método es un argumento reduccionista, es probable que se deba a que nuestro conocimiento objetivo sobre el tema sólo alcance a dar una respuesta momentanea del fenómeno que sea reduccionista. Las premisas que se obtiene de la ciencia no son intocables, pueden ser cuestionadas y modificadas por otras mejores cuando se traten del resultado de un mismo, o aún más alto rigor de investigación.
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